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VERSAILLES: LA REVANCHA


La última visita al castillo de Versailles no había resultado como yo esperaba, esta vez tomaría mi revancha y entraría por la puerta del majestuoso palacio para sentir cada una de sus habitaciones.




Esta ocasión, relataré el paseo de una fanática de la película Marie Antoinette, por primera vez DENTRO del palacio de Versailles.


Un Wild Bobcat en la iglesia en la cual Marie Antoinette contrajo nupcias
El día comenzaba, me apresuré para poder volver al castillo que me había cautivado tanto y a su vez, dejado sin aliento. Era un clima casi perfecto, el sol brillaba y el frío, mientras no estuviese bajo una sombra, casi ni se sentía.

Cogí el tren de nuevo a Versailles. Llegué, me percaté (de nuevo) de la existencia de su pequeño poblado, caminé por toda la avenida hasta llegar al castillo. Compré el ticket, ingresé al castillo, tomé un mapa e inicié el recorrido.

Al parecer, había una exposición del Rey Sol, el último rey en dejar un legado y entregar la corona a un sucesor, el famoso Rey Louis XIV. La exposición, titulada (en francés, obviamente) 'Le Roi Est Mort' (el rey está muerto), ocupaba un pequeño espacio entre las habitaciones del palacio.


Las escaleras y la entrada a la exposición

Claro, me tomé unos minutos para observar la exposición, que más allá de ser un recorrido cautivador para los amantes de la muerte, lo era también para los amantes de la moda/textiles. Los colores oscuros en las paredes, la luz tenue y la música de fondo (tambores al estilo 'procesión de Semana Santa') hacían que en verdad te sintieses en un funeral. Aún así valió la pena poder observar lo ostentoso de la vestimenta de aquella época, en persona.


Los bordados con diseños brocados de la vestimenta época

Continué en busca de la habitación de la última reina, o al menos de los reyes. En el camino, me topé con la habitación de los espejos o, mejor dicho, Galerie Des Glaces. Donde, claro, me tomé las mil y una fotos que pude. 
Aún cuando no fuese 'temporada alta', me sentí presionada por la gran cantidad de personas presentes ese día. Seguí mi recorrido, observando delicadamente cada uno de los detalles.


Un feliz Wild Bobcat en el Salón de los Espejos
Nota: Los asiáticos sí saben tomar fotografías
Entre tantas habitaciones, y con mapa en mano, nunca estuve segura de haber visitado la famosa habitación principal. El mapa, mi posición y algún guía me lo aseguraron varias veces, hasta la fecha lo sigo dudando. 


Una salita dentro de las habitaciones de la Reina
El castillo es bastante grande, aún cuando no todas las habitaciones están abiertas al público o preservadas como antiguamente se tenían. Sin embargo, pude apreciar claramente el lujo y el exceso en los diseños tan Rococo de Versailles.

Detrás de esas cortinas, estaba la cama en la cual quería zambullirme
Al terminar, satisfactoriamente, mi recorrido por el castillo, continué a lo que había llamado mi atención: el pequeño poblado de Versailles. Caminé por sus calles tan Francesas, pero con un aire más cálido que el de París.


En un pequeño callejón romántico del pueblo de Versailles
Encontré la parroquia de 'Nuestra Señora de Versailles', a la cual ingresé y registré una foto panorámica, ya sabes por eso de que las abuelas preguntan.


Paroisse Notre-Dame de Versailles

La satisfacción que sentía mi ser, al haber recorrido el castillo y sus grandes jardines, era indescriptible e incomparable. Si te fijas bien en las imágenes, podrás notar la felicidad en mi cara. Regresé a París tan agradecida de haber podido pisar Versailles y sentir la magia de mi lugar preferido de Francia.

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